Para mi radiante soberana, cuya luz irradia como el sol y cuya corona resplandece con un brillo incomparable. En cada paso, tu gracia ilumina los corazones de quienes te rodean, y tu presencia llena de esplendor los salones de nuestro reino. Que cada idea que florezca en tu mente sea como un rayo de luz que guíe nuestro camino hacia un futuro más luminoso. Permítenos ser testigos de tu brillantez y permitir que tu radiante sabiduría ilumine nuestros caminos con su esplendor, porta esta corona con la cabeza en alto.